El Hatha Yoga en Tiempos Revueltos
La práctica regular de las posturas de Hatha Yoga, aunque no sean más que durante quince minutos cada día, te proporcionará una salud robusta y vigorosa. Contarás con una energía abundante, una gran fuerza muscular, una plenitud nerviosa y una personalidad llena de atractivos y preparada para la longevidad.
Swami Sivananda, Hatha-Yoga Illustrated
El presidente Ram Nath Kovind presenta Padma Shri a Swami Sivananda a sus 125 años.
Vivimos en una era en que la sensación de velocidad a aumentado, los innumerables estímulos, el estrés, los estados de ansiedad continuos, la falta de coherencia y sentido en la sociedad en muchos aspectos, la falta de conexión con la naturaleza, hacen que disciplinas como el hatha yoga ocupen un lugar importante en la planificación de las distracciones sanas del humano del presente, al lado del aikido, yudo, kunfu, karate y la cultura de las diferentes formas artísticas: música, pintura, escultura, etc.
Gracias a sus aplicaciones, el Hatha Yoga tiene un lugar de excepción y actúa como un magnifico estimulante que despierta la inspiración del practicante no sujeto a los caprichos del cuerpo con articulaciones más o menos anquilosadas y las células nerviosas intoxicadas.
El que practica de una forma regular el Hatha Yoga con el espíritu y en las condiciones indicadas se beneficiará de algunas ventajas comunes tanto el hombre como la mujer: salud, vigor, energía y optimismo.
La mujer encuentra, además, en el Hatha Yoga un medio de mejorar su figura y cuidar su belleza, su atractivo y magnetismo personal.
Gracias al Hatha Yoga nos encontramos a menudo con capacidades insospechadas y dormidas dentro de nosotros y que de pronto despiertan como un don inesperado gracias a la perseverancia y al respeto de ciertas normas de higiene física y moral.
Un desarrollo armonioso del cuerpo y del espíritu en un ambiente de benevolencia permiten a la persona seguir por el camino de la excelencia. En esto reside el fin de toda auténtica cultura.
Si no queremos abandonarnos a merced de las pasiones y de las miserias humanas, causa de tantos males para nosotros mismos y para los demás (cólera, envidia, celos, malevolencia), debemos trabajar para recuperarnos a nosotros mismos.
De esta manera la práctica de la relajación y una elección afortunada de los ejercicios deben permitir a personas de distintas edades obtener mejores resultados posibles dedicando un tiempo relativamente corto.
Swami Sivananda, Hatha-Yoga Illustrated
El presidente Ram Nath Kovind presenta Padma Shri a Swami Sivananda a sus 125 años.
Vivimos en una era en que la sensación de velocidad a aumentado, los innumerables estímulos, el estrés, los estados de ansiedad continuos, la falta de coherencia y sentido en la sociedad en muchos aspectos, la falta de conexión con la naturaleza, hacen que disciplinas como el hatha yoga ocupen un lugar importante en la planificación de las distracciones sanas del humano del presente, al lado del aikido, yudo, kunfu, karate y la cultura de las diferentes formas artísticas: música, pintura, escultura, etc.
Gracias a sus aplicaciones, el Hatha Yoga tiene un lugar de excepción y actúa como un magnifico estimulante que despierta la inspiración del practicante no sujeto a los caprichos del cuerpo con articulaciones más o menos anquilosadas y las células nerviosas intoxicadas.
El que practica de una forma regular el Hatha Yoga con el espíritu y en las condiciones indicadas se beneficiará de algunas ventajas comunes tanto el hombre como la mujer: salud, vigor, energía y optimismo.
La mujer encuentra, además, en el Hatha Yoga un medio de mejorar su figura y cuidar su belleza, su atractivo y magnetismo personal.
Gracias al Hatha Yoga nos encontramos a menudo con capacidades insospechadas y dormidas dentro de nosotros y que de pronto despiertan como un don inesperado gracias a la perseverancia y al respeto de ciertas normas de higiene física y moral.
Un desarrollo armonioso del cuerpo y del espíritu en un ambiente de benevolencia permiten a la persona seguir por el camino de la excelencia. En esto reside el fin de toda auténtica cultura.
Si no queremos abandonarnos a merced de las pasiones y de las miserias humanas, causa de tantos males para nosotros mismos y para los demás (cólera, envidia, celos, malevolencia), debemos trabajar para recuperarnos a nosotros mismos.
De esta manera la práctica de la relajación y una elección afortunada de los ejercicios deben permitir a personas de distintas edades obtener mejores resultados posibles dedicando un tiempo relativamente corto.